.  24 noviembre, 2013
LatinStock/Corbis
LatinStock/Corbis
Todos saben que a las mujeres les gustan los hombres altos y guapos. Pero este era chiquitillo y feo…solo que estaba parado sobre una montaña de billetes.
Padecía de un extraño mal: bulimia mujeril, o en lenguaje vernáculo, era un “langaruto” que tuvo todas las que pudo comprar y por su ingle pasó desde Evita Perón –previo peaje de un donativo para sus descamisados– hasta la joya más rutilante del momento: Jacqueline Bouvier, viuda de Kennedy.
Fue la relación perfecta. A ella le fascinaba el dinero y a Aristóteles Sócrates Onassis lo encandilaban los apellidos. Y es que el mejor momento para cortejar a la viuda es cuando regresa del funeral.